'La gente no cambia'. Frase repetida hasta el cansancio en todos los campos de la vida. Hay muchas variantes, desde refranes a consejos de que nunca debes confiar en alguien que te falla la primera vez, pero la versión que más me gusta es la mencionada a James 'Sawyer' Ford -Lost- y que luego él mismo repetiría: 'a tiger don't change their stripes'. O en español, un tigre no cambia sus rayas.
Qué tan cierto es esto? Tengo toda la seguridad de que si alguien saliera a la calle a hacer una encuesta, obtendría opiniones repartidas al 50%. Tenemos esa gente que decidió dar una segunda oportunidad y le salió perfectamente. Hubo cambio. Y tenemos aquellas personas que dieron una segunda, una tercera, y pare de contar cuántas oportunidades dieron y cada vez quedaron más decepcionados. Definitivamente, cero cambio.
Siendo sincero, en este instante no tengo una elección clara entre las dos posibilidades, pues haciendo retrospectiva en mi vida tendría razones para ser partidario de cualquiera. Aquí presento un poco de esto.
La más clara referencia para esto es el Javier del 2007, ya que a partir de ese año empecé a vivir una experiencia tras otra. Y comparando con este momento, evidentemente hay tremendo cambio. Para empezar, soy una persona infinitamente más madura. No dejo pasar oportunidades y aprovecho cada segundo al máximo. Me liberé de la presencia del pasado, el cual antes me atormentaba y me robaba el presente. Soy más fuerte. Entendiendo mejor la vida y a las personas. Pasé de basar mi relación con mis padres en pequeñas mentiras para poder salir a basarla en la sinceridad. Puedo abarcar mucho más. Ya no soy una persona inestable, y las tendencias auto-destructivas que aparecían en mis colapsos ni se asoman. Valoro el ayudar a la gente y el hacer cosas buenas solo porque sí. Y quizá la mayor de todas, entendí el significado de las palabras let go.
Esa lista tan larga parece confirmar que sí, podemos cambiar. Pero por otro lado...
Sigo siendo una persona masoquista - inconscientemente, SIEMPRE ignoro esas opciones que son 'mejores', y elijo aquellas que por muchas consecuencias puedan tener, son las que siento, las que quiero. Sigo siendo desinteresado, es decir, nada egoísta - no me importa tomar decisiones que me hagan daño si le traerán un bien mayor a otra persona. Sigo siendo detallista - podrían considerarme también obsesivo, o por otro lado perfeccionista, pero al hacer algo, lo pulo lo mejor posible. Sigo siendo humilde - quizá al decirlo lo dejo de ser, pero trato de nunca echar en cara a otras personas algo bueno para mí. Sigo siendo una persona que busca todas las respuestas, algo que no siempre es positivo. Y sigo siendo alguien que pone por delante de todo el perseguir mis sueños o metas.
Entonces, cambié? No cambié? Cambié solo en algunas cosas? La opción parece ser la tercera, pero si uno se fija bien, los adjetivos de los dos párrafos difieren enormemente. En el párrafo sobre los cambios hay muchos más elementos, pero son genéricos; por otro lado, en el párrafo previo habrán menos, pero son más específicos: son los que me definen.
Lo que trato de decir con esto se puede explicar mejor con unas palabras que Mark Walhberg dedicó a la revista Men's Health recientemente (claro está, traducidas):
'Es un dogma que las personas no cambiamos. Por supuesto que no. Cambiar es una admisión de error. Al diablo con eso. Nosotros evolucionamos. Con el paso del tiempo, aplicamos sabiduría, herramientas y ambición sangradas de la vida para convertirnos en lo que deseamos ser'.
Y por eso, estoy de acuerdo con Mark. Y con Sawyer. Nosotros no cambiamos. Un tigre no cambia sus rayas. Nosotros somos quienes somos y nunca dejaremos de serlo, sin importar si nos llegamos a perder. Por el contrario, nos desarrollamos, maduramos, y sobre todo, mejoramos. La vida nos proporciona las experiencias que hacen todo esto posible, sin obligarnos a 'cambiar'.
Por eso, deja de intentar cambiar a la persona con la que estás, o a tu amigo, porque eso sencillamente no es posible. Déjalo o déjala seguir su camino. Y más importante aún, deja de intentar cambiarte. Más bien, toma el paso adelante, y evoluciona.
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